Generación E, el programa que está cambiando las vidas miles de jóvenes

A mediados de 2018, la vida se encargó de poner a cinco jóvenes colombianos: María Paula Valencia, Tomás Ortiz, Mayra Alejandra Vega, Juliana Pérez y Eliana Camila Calle, frente a una situación similar, algo azarosa y llena de incertidumbre.

Oriundos de distintas regiones del país, los cinco tenían un punto en común: acababan de egresar del bachillerato y tenían el anhelo de ingresar a la universidad, pero, infortunadamente, sus familias carecían de los recursos necesarios para costear sus proyectos de vida.

Tras el consabido ritual de presentar las pruebas Saber 11 ante el Icfes, esperar los resultados, tomar la difícil elección de elegir una carrera y averiguar los requisitos y el valor de la matrícula en distintos centros académicos, había llegado el momento de la verdad: ¿contamos o no con la plata necesaria para costear, por lo menos, el primer semestre?

Lo cierto es que para muchas familias vulnerables del país este resulta ser un paso intempestivo para el cual, por lo general, no se encuentran preparadas. Son muy pocos los que han tenido la disciplina del ahorro, de modo que, muchas veces, mientras aparece el dinero, el único camino viable es aplazar la cristalización de ese anhelo y entrar a un empleo temporal.

Para el caso de los cinco jóvenes citados, la ventana de la oportunidad se abrió por la época en que atravesaban una etapa de indefiniciones, en la que no veían una luz clara al final del camino, lo que les hacía preguntarse qué era, en definitiva, lo que iba a pasar con sus vidas.


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Hacia mediados de octubre de 2018, en efecto, el Gobierno del Presidente Iván Duque, a través de la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, les dio una noticia que cambiaría sus vidas, relacionada con el lanzamiento del programa Generación E, una estrategia diseñada para abrirles las puertas de las universidades, de manera gratuita, a los jóvenes más vulnerables en todo país.

Fue así como María Paula, Tomás, Mayra, Juliana y Eliana se dieron de lleno a la tarea de averiguar, cada cual por su lado y sin ponerse de acuerdo, de qué se trataba este nuevo plan educativo.

Equidad
En Equidad, por ejemplo, la idea del Gobierno es financiar los estudios de 320 mil estudiantes en universidades públicas, cubriendo el 100 por ciento de sus matrículas.

En primer lugar, se enteraron de que la meta de Generación E era beneficiar con oportunidades de educación a 336 mil jóvenes vulnerables durante el cuatrienio de su administración; que el nuevo programa incluía fortalecer las instituciones de educación superior públicas, para que los claustros tuvieran más oportunidades de atender la creciente demanda educativa, y que el plan estaba diseñado con tres componentes (Equidad, Equipo y Excelencia), en uno de los cuales ellos podrían aplicar, previo cumplimiento de los requisitos exigidos.

En Equidad, por ejemplo, la idea del Gobierno es financiar los estudios de 320 mil estudiantes en universidades públicas, cubriendo el 100 por ciento de sus matrículas y otorgándoles un auxilio de sostenimiento por el tiempo de duración del respectivo programa académico. En este caso, se requería tener un puntaje del Sisbén igual o menor 32 puntos y estar admitido en el establecimiento educativo.

Equipo
En cuanto al componente de Equipo, el propósito era fortalecer las 61 Instituciones de Educación Superior públicas del país, con la destinación de mayores recursos para financiarles proyectos de inversión que garantizaran el bienestar y la permanencia de los estudiantes en las universidades, así como fortalecer la infraestructura tecnológica y de dotación, los proyectos de regionalización, el diseño y adecuación de nueva oferta académica y los proyectos de investigación.

Excelencia
El tercer componente, denominado de Excelencia, era reconocer el talento de al menos 16 mil jóvenes de escasos recursos y que lograran excelentes resultados académicos, impulsando su acceso a Instituciones de Educación Superior, públicas y privadas, con programas acreditados de alta calidad.

En este caso, el joven beneficiario debía tener un puntaje Sisbén igual o menor a 57, ser uno de los mejores puntajes en las pruebas Saber 11 (mayor o igual a 359 puntos) y realizar el proceso de admisión en una institución pública o privada con acreditación en alta calidad o una institución no acreditada que contara con el 25 por ciento de sus programas acreditados en alta calidad.

Esta línea contemplaba, además, la implementación de un nuevo esquema de corresponsabilidad, entre el Estado, las universidades y los estudiantes, para el caso de los establecimientos educativos privados, con cobertura en los 32 departamentos del país, donde se determinarían los mejores puntajes académicos de las diferentes regiones, garantizando que jóvenes de toda Colombia pudieran acceder al programa.

El componente Excelencia es reconocer el talento de al menos 16 mil jóvenes de escasos recursos y que logren excelentes resultados académicos.

Poco más de un año después de haberse implementado el programa, Generación E ha permitido que 75.131 jóvenes estén estudiando de manera gratuita en universidades públicas y que, además, 3.666 hayan accedido a becas de excelencia, con el objetivo de llegar pronto a 80 mil beneficiarios en total y a los 336 mil propuestos para el año 2022, cubriendo 1.094 municipios de los 32 departamentos del país.

María Paula Valencia, hoy estudiante de la Universidad de la Amazonía gracias a Generación E, no duda en considerar que esta estrategia es la que les da el empuje a quienes, como ella, carecían de los recursos necesarios para financiar sus estudios en un claustro universitario. “Yo creo que Generación E nos cambia la vida”, sostiene.

Por su parte, Tomás Ortiz, estudiante de la Institución Universitaria de Envigado, Antioquia, relata que luego de salir del colegio y conocer los resultados de las pruebas Icfes, se enteró de que el Gobierno del Presidente Duque había puesto en marcha la estrategia de Generación E.

“Con la ayuda de mis padres -detalla- pude entrar a la Universidad de Envigado y estudiar mi primer semestre. Cuando iba a la mitad del semestre, supe que estaba seleccionado para el componente de Equidad de Generación E. Gracias a este programa pude seguir estudiando y en este momento estoy haciendo mi segundo semestre de derecho”.

En cuanto a Mayra Alejandra Vega, estudiante de la Universidad Quindío, cuenta que un compañero beneficiario fue quien la puso al tanto sobre la existencia de Generación E. Ella se acercó a la universidad, donde le dieron la información, y se enteró de que era apta para recibir el beneficio educativo.

“Planeo utilizar el siguiente año el beneficio de inglés, ya que complementa mi carrera, que es de negocios, y me permite ampliar mi conocimiento en un segundo idioma, que es tan importante hoy en día”, dice Mayra, al declarar que está muy orgullosa de ser parte de Generación E, porque este programa le ha abierto muchas puertas. “Soy de una generación que ve el mundo con otros ojos”, afirma.

A su vez, Juliana Pérez, estudiante del Tecnológico de Antioquia, sostiene que Generación E es “realmente es un gran apoyo para mis sueños y para mi carrera”.

Así lo considera, igualmente, Jesús Mateo González, quien estudia medicina en la Universidad de Antioquia. “La experiencia con Generación E fue muy chévere, porque, primeramente, mi familia es de muy bajos recursos, y yo no pensaba llegar tan lejos en una universidad. Igual, me esforcé para pasar en el puntaje, me fue muy bien y saqué 3.72. Gracias a eso, accedí al beneficio de excelencia del programa Generación E”, relata Jesús, con una emoción que le resulta imposible de contener.

Eliana Camila Calle, otra de las 80 mil estudiantes beneficiarias del programa educativo, cuenta, por su lado, que ella no sabía nada sobre las becas de Generación E. “Fue una sorpresa, realmente -dice-, porque yo lo único que sabía era que yo quería estudiar y ser alguien en la vida. Para entrar al componente de Equidad lo que tenía que hacer era que me aceptaran en la universidad. Cuando verdaderamente lo vi, fue la alegría más grande que he tenido en la vida, porque sabía que yo podía salir adelante”.

“Lo que permite hacer este programa -agrega Eliana-, es hacerle las cosas a uno más fácil; que uno vea que sí puede acceder a la educación, en todos los sentidos. Yo realmente sí le doy gracias al Gobierno, porque reformó un programa que antes solo se les daba a las personas que tenían alto puntaje en el Icfes, y entonces eran muy pocos los que podían acceder a la educación superior. Pero lo que hizo este nuevo Gobierno fue abrirles las puertas a las demás personas. Porque puede que no les vaya muy bien en el Icfes, pero tienen las ganas de estudiar y, con la ayuda de Generación E, lo logran”.