Maria Cano
Colombo americano

Presencialidad implica retomar rutinas esenciales en el aprendizaje

Según el Ministerio de Educación Nacional, los niños y jóvenes han regresado a clases presenciales con un aforo del 100 %, lo cual implica retomar rutinas tanto de sueño y descanso como de buenas pautas nutricionales; esto recomiendan expertos de la Universidad Nacional de Colombia.

En relación con las pautas que los padres de familia deberían tener en cuenta para saber si necesitan reforzar de alguna forma el aprendizaje de sus hijos después de dos años de cierre de colegios, la profesora María Fernanda Lara, de la Facultad de Medicina, indica que “incluso por encima de las actividades académicas se debe fortalecer y mantener todo lo relacionado con el vínculo y el afecto”.

“Ese vínculo incluye hacer varias cosas que son naturales, sin que los padres tengan que convertirse en profesores de los niños; por ejemplo para los pequeños están las actividades motoras gruesas como ir al parque, montar en columpio, caminar, correr, etc.; las que se hacen en casa, como jardinería o cocina, recoger los juguetes, colorear, etc.; también aquellas que desarrollan la planeación y el funcionamiento ejecutivo como jugar parqués, ajedrez o damas chinas; y por último las compartidas, como leer en familia”.

La profesora Lara, Ph. D. en Ciencia Cognitiva y Lenguaje, señala además que la presencialidad implica retomar las rutinas de sueño y de descanso de los niños, pues estas cambiaron desde 2020; es importante vigilar la higiene del sueño, como por ejemplo, evitar que vean televisión o videos antes de acostarse.

De igual manera, teniendo en cuenta que uno de los aspectos que cambia con la presencialidad es la interacción nuevamente con compañeros y profesores, es importante enseñarles sobre el respeto del espacio del otro y que interioricen las normas de bioseguridad.

En relación con lo que ha pasado con los procesos educativos y lo que se debe tener en cuenta para que el retorno sea eficaz, la académica destaca que “los profesores han realizado un esfuerzo importante para tratar de virtualizar sus actividades, pero lo que se ha visto en pandemia es que la tasa de retención que tienen los estudiantes es mucho menor que lo que se hace en presencialidad, pues los niveles de atención han variado”.

“Sin embargo, en niños y adolescentes se ha observado un fenómeno, y es que no desean regresar a una presencialidad completa, de ahí que lo importante sea revisar qué es lo más adecuado y qué se debe reforzar. Los colegios están preocupados por las actividades motrices gruesas y finas, pues estas se relacionan con los procesos de escritura manual”.

“Escribir a mano sigue siendo muy importante para el desarrollo cerebral, por lo que es importante vigilar esos procesos de atención, de memoria, de lenguaje, pues no se puede olvidar la esencial relación que existe entre lo sensorial, lo motriz y lo cognitivo.

Alimentación saludable

El profesor Jhon Jairo Bejarano, del Departamento de la Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la UNAL, considera que “una de las principales preocupaciones de los progenitores y acudientes de los estudiantes con respecto al entorno escolar es retomar la alimentación saludable, los buenos hábitos nutricionales y el reforzamiento de ellos”.

Destaca además que “aunque en Colombia el Programa de Alimentación Escolar se mantiene a la vanguardia de fortalecer esos hábitos y de mantener otras prácticas saludables, como el lavado de manos, también se deben fortalecer prácticas de alimentación saludable en espacios como el recreo, en los estudiantes que no tienen acceso a él”.

“En general, una lonchera debe tener tres ingredientes (alimentos): uno energético, como el pan; frutas o verduras, que se pueden consumir enteras, en trozos o jugos naturales; proteico, que puede ser de origen animal o vegetal, como huevo, res, cerdo y pollo, como ingredientes para hacer una hamburguesa o un sándwich, o leche y sus derivados (queso).

“En este nuevo escenario es importante que los estudiantes entiendan que el proceso de alimentación se debe dar en silencio y sin compartir alimentos, pues es una medida de bioseguridad evitar la propagación de gotículas de COVID-19. En este aspecto, es esencial que la sensibilización en la casa y en el colegio se haga de manera frecuente”.
Otro aspecto mencionado por el experto es que los niños y jóvenes deben ir bien desayunados a clase, pues la primera comida es esencial para la atención y el aprendizaje; el refrigerio que se toma en horas de descanso no compensa la importancia de este primer alimento del día”.

De igual manera, el reforzamiento de buenos hábitos debe incluir la óptima hidratación, independientemente de si el estudiante se encuentra en clima frío, templado o cálido.