Muchos jóvenes piensan que trabajar mientras estudian es una misión imposible. Sin embargo, cada vez son más quienes combinan el aula con un empleo, por necesidad económica o por decisión propia.
Aunque el reto es grande, también lo son las recompensas. Quienes logran equilibrar estas dos responsabilidades desarrollan habilidades clave como la disciplina, la gestión del tiempo, la organización y la capacidad de adaptación.
Estudiar y trabajar exige esfuerzo, pero también fortalece el carácter. No es lo mismo llegar a clases después de una jornada laboral que hacerlo sin otras obligaciones.
Tampoco es igual presentar un trabajo sabiendo que se dispone de poco tiempo libre. A pesar de estas dificultades, muchos jóvenes afirman que ese ritmo los hizo más fuertes, más responsables y más enfocados en sus metas.
Además, tener experiencia laboral durante los estudios puede marcar una diferencia al buscar empleo formal. En un mercado donde las empresas valoran tanto las competencias como la actitud, haber trabajado mientras se estudiaba es visto como un signo de compromiso, madurez y perseverancia.
Más allá del cansancio, hay crecimiento personal
Trabajar mientras se estudia también permite conectar la teoría con la práctica. Estudiantes de carreras como administración, sistemas, salud o comercio, por ejemplo, pueden aplicar lo aprendido en su trabajo diario, lo que mejora su comprensión y rendimiento académico.
Esta doble experiencia enriquece el aprendizaje y abre puertas para avanzar profesionalmente más rápido.
Aunque el cansancio es inevitable, muchas personas encuentran en este ritmo de vida una motivación extra. Saben que lo que hacen tiene un propósito: mejorar su futuro.
Cada sacrificio se convierte en una inversión. Además, en algunos casos, trabajar permite costear la matrícula, los materiales o el transporte, lo que facilita continuar los estudios sin depender totalmente de otros.
También hay alternativas pensadas para quienes deben estudiar y trabajar: programas nocturnos, clases los fines de semana, educación virtual y modalidades híbridas que permiten mayor flexibilidad.
Varias instituciones han adaptado sus horarios y plataformas para facilitar el acceso de estudiantes con múltiples ocupaciones.
Foto: ChatGPT