Clases presenciales: antes y después del Covid

Por Kevin Jhonni Millán Escobar
Estudiante de la Institución Educativa Eustaquio Palacios

Hablaré de lo que viví en bachillerato, nivel en el cual me he venido desempeñando. Cuando, usted, amable lector, lea este artículo, en ese preciso momento, yo estaré lanzando el birrete al aire en la ceremonia de graduación junto a mis compañeros del barrio Siloé.

El regreso a la convivencia para muchos adolescentes que afortunadamente pueden continuar estudiando en la escuela tienen que mirarlo como un espacio de disfrute.

En el colegio se encuentran con sus compañeros, con los cuales pueden convivir y borrar lo aburrido que resulta permanecer mucho tiempo en sus hogares. Aún, el adolescente con bajo rendimiento, acepta que prefiere estar mejor en la escuela que en su casa, porque en casa no encuentra la compañía que siente en el colegio.

Habrá algunos que hayan estado padeciendo acoso escolar pero, a pesar de ello, tenían compañeros o profesores que les tendían la mano en tales circunstancias. Esto es así porque en los últimos tiempos se ha puesto atención a la erradicación del acoso escolar, de modo que un estudiante que lo padezca ya no se encuentra del todo aislado ante
estos problemas.

El regreso a la escuela supondrá, para la mayoría de los estudiantes de secundaria, el gusto por volver a compartir tiempo con sus compañeros, la diversión entre clases, e incluso en las mismas, y la posibilidad de explotar su energía en las clases de deportes.

Será un tiempo en el cual la convivencia muy probablemente será positiva, cargada de buenas intenciones. Antes de la pandemia muchos estudiantes mostraron que no tienen hábitos de higiene correctos. Ya sea por falta de insumos en sus hogares, falta de atención por parte de sus padres en ese aspecto, o bien por el poco interés que se
tiene para andar limpio. Tan es así que determinado número de estudiantes no son aseados.

A pesar de la insistencia del profesorado, las aulas suelen quedar con basura y líquidos embarrados en el suelo al final del día. La pandemia nos ha reclamado estar atentos a la limpieza y al manejo del cuerpo bajo parámetros distintos.

No se vislumbra que durante la cuarentena los estudiantes hayan aprendido a cambiar sus prácticas de higiene, y esto traerá consecuencias para la salud en general, ya que seguirán los contagios de todo tipo.

Evidentemente, los principales afectados serán los docentes porque, hasta donde sabemos, el virus tiene poco impacto en los niños y adolescentes. Así, la convivencia entre maestros y alumnos se verá afectada por la percepción que los primeros tengan de la higiene de los segundos.