[vc_row][vc_column][vc_column_text]La educación constituye una vocación que sin duda no es para cualquiera. A continuación, te compartimos razones para dedicarse a la docencia como profesión:
1. Experimentar la alegría de hacer la diferencia
Los docentes experimentan una satisfacción enorme al ver los progresos de sus estudiantes, al notar cómo se interesan más en un tema y aprenden sobre ellos mismos.
Cada día ayudan a moldear el futuro, generando un impacto en cómo los alumnos perciben el mundo que les rodea. Tienen el poder de fomentar la imaginación y la creatividad, forjar el carácter y proporcionar a los estudiantes las herramientas que necesitan para desenvolverse en su vida. Como maestro o profesor, podrás ver los frutos de tu trabajo diariamente.
2. Generar vínculos interpersonales
Si tu objetivo es dedicarte a la ciencia, por ejemplo, ser docente te brinda la posibilidad de hacerlo pero al mismo tiempo disfrutar de la interacción con otras personas. Los profesores interactúan con sus estudiantes, colegas y otros miembros de la comunidad de manera continua. Esto hace que la docencia sea ideal para quienes disfrutan del trato con la gente.
3. Vivir de tu vocación
Para muchas personas, el trabajo es simplemente un medio para un fin: obtener el salario que necesitan para cubrir sus gastos. No obstante, los que se sienten llamados a la docencia poseen una verdadera vocación. En lugar de trabajar codo a codo con jefes y colegas, trabajan la mayor parte de tiempo con sus estudiantes, para quienes son mentores, guías y ejemplos, lo que constituye una motivación para ir a trabajar día a día.
4. Escapar a la rutina
Muchas personas se sienten rechazo ante la idea de que su trabajo consista en realizar la misma tarea una y otra vez. No obstante, la profesión docente ofrece una gran variedad, ya que este puede trabajar con distintos grupos y niveles, y por consiguiente vivir distintos desafíos y experiencias cada día. Además, tienen la posibilidad de adaptar las clases según cada tema y clase para evitar que se vuelvan monótonas.
5. Aprender continuamente
Ser docente te permite ser un eterno estudiante, ya que cuando se enseña un tema es cuando más se aprende de él. Las preguntas de los estudiantes te motivarán a indagar cada vez más en las diferentes temáticas, mientras investigas con tal de incorporar los nuevos eventos, tecnologías y descubrimientos a tu clase.
6. Dosis diaria de humor
Si tu actitud es positiva y tu sentido del humor es saludable, siempre encontrarás una razón para sonreir, tanto si trabajás con niños como con adolescentes o adultos.
7. Autonomía
Por más que existan programas preestablecidos por las autoridades, es el maestro quien determina qué es lo que ocurre en el aula. Al adaptar la currícula a sus conocimientos, habilidades y creencias, el docente goza de un gran nivel de autonomía y cuenta con la posibilidad de expresar su personalidad a través de las clases.
8. Disfrutar más de la vida familiar
Uno de los beneficios principales del horario de un docente es que suele coincidir con el horario escolar de sus hijos. Por lo tanto, aunque te lleves trabajo a casa, podrás pasar tiempo con tu familia.
9. Oferta de trabajo
Existen muchas instituciones a la búsqueda de buenos docentes, por lo que dedicarte a esta profesión te permitirá trasladarte, si así lo deseas, a cualquier punto del país, encontrando trabajo en cualquier parte.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]