[vc_row][vc_column][vc_column_text]Durante años la educación online se ha convertido en una metodología clave para formar y capacitar a colombianos ubicados en la zona rural de Colombia, al punto de que hoy las nuevas generaciones en las zonas urbanas están tomando en serio y valorando las oportunidades que ofrecen los modelos virtuales, aprovechando los beneficios que trae esta modalidad.
Estos nuevos formatos permiten trabajar y estudiar al mismo tiempo, obteniendo excelentes resultados. Cabe recalcar que las personas deben verificar si la institución a la que se inscriben cumple con los requerimientos de ley y normatividad.
Mitos y realidades más comunes
• Baja exigencia académica: por lo general, para que los programas de educación superior online sean avalados por los entes reguladores, existen parámetros que permiten una exigencia académica al estudiante; si bien no asiste a una institución presencialmente, debe cumplir con procesos académicos, presentar exámenes, asistir a un mínimo de clases virtuales, realizar lecturas o tomar mentorías con sus tutores, lo cual hace del modelo un proceso riguroso y con una carga académica importante, pero dándole al estudiante autonomía para manejarla.
• Menor calidad: el modelo de educación superior online no es el que define la calidad como tal del programa, hay diversos factores que contribuyen a que brinde una adecuada formación. Uno de los más importantes, es revisar si la institución cumple con los requisitos exigidos por ley, para esto, el Ministerio de Educación Nacional dispuso dos páginas oficiales para verificar si los programas y las instituciones de educación superior están acreditadas: el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior -SNIES- y el Consejo Nacional de Acreditaciones -CNA-, donde basta con digitar una palabra clave para que arroje datos reales y actualizados.
• Menos costoso, es malo: si bien es cierto que una de las ventajas de estos modelos es, precisamente, un costo menor a los programas presenciales, esto tiene que ver con que las instituciones deben invertir menos en recursos físicos como bibliotecas (las tienen en la nube o digitales), aulas, edificios o libros.
Además, las clases online permiten atender a un mayor número de estudiantes conectados, superando las barreras físicas que impone un aula de clases para determinado número de personas sentadas.
• Alumnos a la deriva: parte de los grandes temores de inscribirse al modelo online, es no contar con el apoyo de un profesor que esté “cara a cara” solucionando las inquietudes académicas, por eso, la educación superior online dispone de tres contactos directos: el director del programa; el profesor que dicta cada uno de los módulos y un asesor que soluciona inconvenientes en cuestiones técnicas.
• Las plataformas tecnológicas son una barrera: los software y plataformas empleadas por las instituciones educativas son sencillas de utilizar, los procesos de aprendizaje son accesibles y rápidos, permitiendo que los estudiantes no deban tener conocimientos profundos en tecnología para culminar sus programas con éxito.
Estas plataformas brindan experiencias educativas didácticas y son compatibles con los diferentes dispositivos móviles como celulares o tablets.
Al tener un perfil de personas maduras dentro de este modelo, aún hay cierta resistencia a la tecnología (temor), creen que puede ser algo demasiado sofisticado de manejar y piensan que puede ser un problema para su aprendizaje, pero cuando inician el proceso cambian su mentalidad y comprenden su practicidad, afortunadamente las nuevas generaciones son más digitales y el mito ha ido perdiendo fuerza.
De igual manera, la Universidad 100% en línea de Planeta Formación y Universidades, desarrolló una biblioteca virtual, la cual es de fácil acceso y está disponible las 24 horas al día, permitiendo consultar información de calidad desde cualquier parte, facilitando su interacción con el estudiante y su proceso de aprendizaje.
Finalmente, una manera de diferenciarse por parte de las instituciones que brindan educación superior online, es a través de sus campus virtuales, están invirtiendo -cada vez más- para que sean un valor agregado, es decir, un producto ampliado del servicio en general.
Un tiempo atrás la tecnología no estaba lista y hoy encontramos un sector más desarrollado que trae consigo la necesidad de mejorar estos campus online, que mejoran la experiencia de los alumnos; en otras palabras, no es solo un lugar para conectarse y descargar documentos, deben ser más dinámicos y entretenidos”.
[/vc_column_text][stm_sidebar sidebar=”527″][/vc_column][/vc_row]